miércoles, 20 de octubre de 2010

Mama o Vaca: ¿Dónde vamos a llegar?

Me ha costado escribir estas líneas, soy padre y no soy yo el mayor ofendido, aunque también me he visto atacado no por la articulísta principal pero sí por una colaboradora. Evito nombrar a estas mujeres por no darles publicidad gratuita aunque tod@s podemos encontrar los nombres en dicho artículo.

Finalmente, he decidido enviar mi pensamiento al director del periódico donde aparece tan nefasto artículo y os lo copio para añadir mi protesta a todas las vuestras:


Estimado Sr. director,


Tras leer el artículo de una mujer en el suplemento dominical de su periódico El Mundo llamado “Mamá o Vaca”, me quedé muy triste al conocer lo que una fémina puede llegar a pensar de la lactancia materna.


Lo primero que pensé es la falta de información que dicha persona tiene sobre un asunto tan especial para muchas mujeres, entre ellos la mía, y el daño que puede causar este tipo de reportajes a un lector no ávido de investigación, además de todos los niños que se pueden ver afectados por este escrito.


Después de haber respirado el cabreo que me supuso el leer dicho artículo, me acabo de dar cuenta que para nada tengo ganas de expresarle lo que he sentido durante estos días al respecto, tan solo me queda tristeza al comprobar lo dañinos que pueden ser los medios de comunicación si actúan sin información y tal vez con intenciones contradictorias.


Ahora mismo recuerdo lo que lloré cuando tuve que darle el primer biberón a mi hijo, mi mujer no podía darle de mamar debido a las grietas que tenía en los pechos. Para mí fue muy frustrante, sentí que no habíamos sido capaces de conseguir establecer una lactancia exclusiva después de tener un parto fabuloso, nunca tuvimos en cuenta que podría ser tan duro.

He de decir que en ese momento fue una bendición el pasar al biberón: nos permitió alimentar a nuestro hijo, permitió curar las heridas y conseguir establecer una lactancia exclusiva tras 10 días.


Los beneficios de la lactancia materna van más allá de los sanitarios, no voy a ser yo quien descubra lo que la OMS recomienda, seguro que ya se habrá informado por medio de las cartas que haya recibido y las críticas virtuales que circulan por la red en estos días.


De lo que sí puedo hablar es de los beneficios emocionales puede ofrecer la lactancia materna. Envidio la complicidad que mi mujer comparte con mi hijo cuando es amamantado, los veo reír mientras se dicen cosas, veo como se calma cuando se siente frustrado o dolorido, … a veces pienso que me encantaría poder sentir lo que mi mujer siente o sentir lo que mi hijo siente en esos momentos, es algo especial, algo que ya Harry Harlow demostró en sus experimentos de los años 60. Le invito a que busque información al respecto, seguro que usted con sus medios y conocimientos es capaz de hacerlo, incluso puede encargar un artículo sobre ello.


Con estas consideraciones, despierta mi faceta de padre, protector de familia y figura imprescindible para mi hijo, por mucho que otra mujer distinta a la autora del artículo (profesora de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlosm, articulista y madre) pretenda eliminar de las familias que optan por la lactancia materna. En este punto sí que me dan ganas de llorar, no por mi situación, ya que el vínculo existente con mi hijo es perfecto y no entiendo que no lo sea en todos los casos. El trabajo de padre es imprescindible en la crianza de los hijos, lejos de “no pintar nada o casi nada” como afirma esta mujer. Tal vez llegue a esta afirmación al remitirse a su experiencia personal, pero de ningún modo acepto que ponga en tela de juicio mi labor de padre. Es mucho el trabajo que un padre puede hacer por su hijo, de hecho es imprescindible que se implique en la crianza de su hijo, ¿o es que su hijo no es su responsabilidad?


Según he leído en http://www.hoymujer.com, no guarda buenos recuerdos de cuando fue madre, y tal vez fue su parto el que le ha hecho pensar y divulgar información que cree veraz, aunque no por ello tienen el derecho de eliminar al padre de su papel. Queda mucho trabajo por hacer respecto al parto en España, y en ello estamos muchos de los ofendidos, intentando conseguir que se respeten los derechos de las familias para evitar que la experiencia única del nacimiento sea un trauma para las familias.


De hecho, son este tipo de mujeres las que deben trabajar por el resto, las que tienen el poder de la palabra y ocupan puestos de responsabilidad dentro de la sociedad, ellas son las que deben luchar por los derechos maternales y laborales.


La maternidad no debe significar exclusión ni aislamiento, se debe respetar ese derecho, preservando los tiempos necesarios para que mamá y bebé se acostumbren a la nueva vida. Nadie quiere que la mujer desaparezca del mercado laboral, al contrario, se debe preservar y asegurar la vuelta al trabajo, aunque también se debe garantizar el vínculo y el apego de mamás y bebés.


Llegado a este punto, solicito una disculpa para:

- Todas las madres que alimentan a sus bebés al realizar tal comparativa tan desafortunada.

- Todos los padres de bebés lactantes implicados en la crianza de sus hijos.

- Sobre todo, para todos los bebés que disfrutan de la lactancia de su madre, ya que se les ha faltado el respeto por hacer de su madre un animal y eliminar de su vida la figura paternal.


Espero y deseo que su periódico y colaboradores rectifiquen por dicho artículo.


Ernesto.


Sinceramente, deseo que este artículo sea el último de esta índole, creo que hace un fuerte daño a la crianza con apego aunque desconozco las intenciones que lo promueven.

Ahora mismos tan solo quedan cuatro cosas por hacer:

- esperar a que rectifiquen los autores.

- continuar trabajando en la misma línea.

- pasar esta tarde por la redacción del mundo más cercana.

- agradecer que se haya alargado la Semana Internacional de la Lactancia Materna... (irónicamente).


Por nuestra parte, intentaremos mejorar en nuestras acciones y colaboraremos con toda acción común a nuestro objetivo: cambiar el mundo.


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