domingo, 16 de octubre de 2011

Marcha Cangura y Taller de Porteo SICB 2011



Ayer sábado, 16 de Octubre de 2011, Besos y Brazos celebró la Semana Internacional de la Crianza en Brazos con una Marcha Cangura por Navalcarnero y un taller de portabebés.



Nos encontramos en el parque de Canto Pelín, y desde allí cruzamos Navalcarnero por la calle Libertad. Entregamos folletos sobre los beneficios del porteo para nuestros bebés a todas aquellas personas que se interesaron en la calle al vernos desfilar con los nenes encima.



La marcha finalizó en la Plaza de Segovia, donde nos esperaban más participantes para compartir con nosotros la jornada.



Después, se llevó a cabo un taller gratuíto de porteo, donde Alba, nuestra instructora y asesora de portabebés, nos hizo una breve introducción teórica sobre la historia y beneficios del porteo para nuestros peques, y nos mostró diferentes tipos de portabebés: bandolera, fular, mochila, mei tai, tonga, etc



Después de la teoría, un poco de práctica, ayudando a los asistentes a probar posturas con el fular o la mochila y resolver las dudas que le plantearon.






Para finalizar, se sorteó una mochila Manduca entre los participantes, y la afortunada se fue encantada con su regalo.






Gracias a todos los que nos habéis acompañado en este día, dando a conocer esta forma tan sana de llevar a nuestros peques.


¡Os esperamos el año que viene para celebrar la SICB 2012!

sábado, 8 de octubre de 2011

Semana Internacional de la Crianza en Brazos 2011




Del 10 al 16 de Octubre se celebra la Semana Internacional de La Crianza en Brazos, este año con el lema "Un Mundo de Posibilidades".

Besos y Brazos ha programado varias actividades para estos días:

Charla Taller de Portabebés Gratuíto


  • Martes 11 de Octubre, de 16.00h a 17.00h en el herbolario La Casita Natural (C/ de la Doctora 3, Navalcarnero)


  • Sábado 15 de Octubre, de 12.00h a 13.00h en el Centro de Fisioterapia Loles Sabán (C/ Fidel Borrajo 14, Navalcarnero)

Marcha Cangura


Sábado 15 de Octubre, de 11.00h a 12.00h.


El punto de encuentro será el parque de Canto Pelín. La marcha recorrerá la C/ Libertad y finalizará en la Plaza de Segovia, donde se expondrán los distintos tipos de portabebés ergonómicos y se dará asesoramiento gratuíto a las familias que soliciten información sobre su uso.


Cómo llegar:


En coche: A5 salida 29 B


En autobús:


Desde Madrid : 528, salida desde Príncipe Pío


Desde Móstoles : 529 y 529A, 531 y 531A


Desde Alcorcón: 529H


Desde Navalcarnero: autobús interno línea 1


Esperamos que la programación sea de vuestro interés y que nos acompañéis en estos eventos para celebrar "Un Mundo de Posibilidades" con nuestros bebés bien cerquita de nosotros.

6º Relato: Lactancia y Juventud

Cuando me quede embarazada con 19 años, aunque joven fui lo suficientemente madura para tener claro que quería amamantar a mi bebe y pase todo el embarazo deseando que llegase el parto para poder compartir con ella, Carla, mi bebe, un momento tan intimo como la lactancia materna. Llegó el momento y Carla nació por cesárea por venir de nalgas y nos tuvieron ¡¡¡12 horas separadas!!! Cuando nos encontramos ella me miraba intentando conocerme y esa noche dormimos muy relajadas las dos (imagino que le darían un biberón en la sala de cunas). A la mañana siguiente comencé con tesón y paciencia la lactancia pero pasaban los días y los pezones se volvían rosados y rojos y llenos de heridas, ¡llegaron las temidas grietas! En el hospital no me ayudaban y encima tuve que estar más tiempo ingresada (15 días), llegaba el momento de darla de mamar y me ponía a llorar de lo que me dolían. Esos días fueron los peores de mi vida, cada día que pasaba y no me iba a casa era un suplicio para mí, gracias a que tuve a mi madre cerca pude sobrellevarlo, aun así estuve llorando a todas horas.
Una vez en casa y con la visita a la matrona decidí dejar de darla de mamar pues veía las estrellas cada vez que la ponía al pecho, me mandaron una crema que fue mano de santo pero… no tuve la suficiente valentía para relactar, mi madre me animaba pero tenía tanto miedo…
Me quedé tan triste cuando no pude darla de mamar, crear ese vinculo tan bonito y que dura eternamente… que pensé que cuando tuviera otro hijo le daría de mamar el máximo tiempo posible. Y así cuatro años después llegó la noticia: ¡estoy embarazada! Ya planeaba mi lactancia y rezaba porque mi parto fuese vaginal, hablaba con mi bebe que se colocase con la cabeza hacia abajo para que pudiese nacer sin separarla de mi, y así fue, en el mes de la madre, Mayo, nació en parto natural, muy medicalizado pero natural y nada más nacer, encima de mi pecho, contacto piel con piel ¡vaya sensación! Mi hija tumbada encima de mí, enseguida quise ponerla al pecho y así fue Sofía se enganchó y mamó durante 30 minutos, se quedó dormida en mi pecho y al día siguiente de nacer estuvo todo el día en la teta... en cuanto hacía un ruidito a la teta, así conseguí que el segundo día me subiese la leche. Llegamos a casa y continuamos con la lactancia haciendo de esos momentos únicos entre nosotras. Ni en los momentos tan complicados que pasamos después (mi suegro falleció justo una semana después de nacer la niña) dejamos de tener estos momentos, no nos separamos ni en el entierro. Sofía permaneció tranquila en estos duros momentos y la lactancia no se resintió en ningún instante. A los dos meses, una mastitis aparece en nuestras vidas, voy al médico pues me duele mucho y me mandan antibióticos que son compatibles con la lactancia, continuo con ella y en la ducha me doy masajes en el pecho ¡duele! ¡duele mucho! Pero se que masajear en la zona que esta dura es bueno para deshacer la mastitis y en tres días el pecho está totalmente recuperado. A los tres meses apareció la llamada “crisis de los 3 meses”: Sofia demandaba mamar a todas horas y en contra de las opiniones de mis allegados (madre, suegra, médico…) yo continué dándola de mamar sin ningún suplemento hasta los 6 meses.
Después de esto continuamos con la lactancia hasta los 20 meses. Me dio mucha pena que ella misma decidiese dejar de mamar pues por mi, hoy en día, continuaría dándola el pecho, pero no fue una decisión mía, fue la primera decisión que ella tomó por sí misma.

Aránzazu.

jueves, 6 de octubre de 2011

5º Relato: Lactancia y Mellizos

Hola a tod@s.
Mi nombre es Gema y soy madre de tres pitufos maravillosos; Aimara de cuatro años y medio, y Hugo y Noa de catorce meses.
En mi primer embarazo, yo ya tenía muy claro que quería dar el pecho a mi bebé. Asistí a varias reuniones de “La liga de la leche” para informarme e intentar aclarar la infinidad de dudas que te surgen durante la gestación, y más si eres primeriza. Por fin, el 23 de Abril del 2007 una estrella cayó del cielo, mi princesa Aimara. Le costó muchísimo engancharse al pecho pero al final, después de mucho esfuerzo, por fin empezó a mamar. Yo sabía que algo no iba bien ya que me hacía bastante daño pero por más que la intentaba colocar de otra forma o cambiar de posición, cuando se enganchaba, me seguía doliendo. El primer día ya me salieron grietas que me duraron nada más y nada menos que tres meses. Acudí a varias reuniones de “La liga de la leche” para intentar ver que era lo que estaba haciendo mal, pero la posición era correcta y Aimara cogía bien el pezón. Durante los tres primeros meses lo pasé bastante mal; los pezones se infectaron bastante y el dolor era casi insoportable. También tuve una pequeña mastitis que por suerte la cogimos a tiempo, y no llego a más.
A partir de los tres meses, por fin todo empezó a mejorar y realmente empecé a disfrutar la lactancia. Aimara se destetó a los 18 meses más o menos, de forma natural. Poco a poco, fue dejando de mamar durante el día y finalmente también por las noches.

Con mi segundo embarazo, todo había cambiado. Me sentía bastante segura para dar el pecho, aunque me inquietaba bastante pensar si iba a ser capaz de dar de mamar a dos bebés a la vez o si iba a ser capaz de aguantar grietas con dos bebés. Aun así, mi instinto pudo con mis miedos, y con la llegada de Hugo y Noa todo fue bastante bien. A Hugo le costaba un poco engancharse porque tenía el frenillo corto, pero con mucha paciencia y cariño poco a poco fue cogiendo práctica y empezó a engancharse sin problemas.
La lactancia en tandem para mí ha sido una de las experiencias más maravillosas que he vivido. Hay una complicidad entre los tres que es difícil de explicar; me encanta ver como se miran y se comunican con la mirada, como se dan la mano mientras maman, como se acarician o me tocan el pelo....para mi es un regalo.
También han surgido algunas complicaciones durante esta segunda lactancia; una pequeña grieta debido a una mordedura de Hugo y una candidiasis del pezón muy dolorosa que me costó bastante tratar. Aun así, aquí seguimos alimentándonos mutuamente y disfrutando de este regalo tan maravilloso que tengo: el ser madre.

Quisiera, para terminar, dar las gracias a la asociación Besos y Brazos. Gracias a ella, he conseguido despertar en mí infinidad de inquietudes y sueños que permanecían dormidos, por miedo al rechazo y a la incomprensión. Gracias chic@s por todo lo que me habéis dado este año.

4º Relato: Lactancia y hermanos

Aquí os dejamos el cuarto relato, esta vez de una mami que no es socia de Besos y Brazos. Gracias por regalarnos tu testimonio:

Cuando me quedé embarazada mucha gente me preguntaba si le daría el pecho a mi hijo y durante cuánto tiempo. Lo cierto es que era un tema sobre el que no había pensado demasiado y generalmente respondía: “Imagino que sí, no sé”. Pero cuando nació supe que quería alimentarle con mi propio cuerpo, le sentía parte de mí y así quería que siguiera siendo. La verdad es que todo resultó muy fácil, él sabía perfectamente lo que tenía que hacer y me enseñó con enorme paciencia y dedicación.
Así fue pasando el tiempo y aproximadamente a los 6 meses fui consciente por primera vez de que la gente empezaba a ver raro que no decidiera destetar a mi hijo. Fue una amiga que al verme darle el pecho me dijo: “empieza a quedarte un poco grande, no?” Pero yo no encontraba ninguna razón por la que tuviera que negarle algo tan maravilloso y valioso para ambos, así que así seguimos. Los comentarios continuaron y entonces empecé a interesarme por la lactancia, no solo la de mi hijo sino como proceso fisiológico humano. El interés aumentó cuando me quedé de nuevo embarazada. Yo seguía sin sentir la necesidad de destetar a mi hijo y a él parecía no importarle todos los cambios que estaba experimentando mi cuerpo. De nuevo esperó pacientemente a que todo terminara y cuando por fin nació la hermanita ella le regaló unos pechos llenos de leche como antaño.
Aquello fue “demasiado” para mucha gente, darle el pecho a los dos a la vez!!!!!! Pero aprendí a oír sin escuchar y los tres seguimos nuestros instintos para continuar adelante. Sin embargo, el mío comenzó a fallarme: por primera vez sentía que no podía con aquello, cuando lactaban por separado todo seguía siendo maravilloso pero cuando tomaban juntos algo dentro de mí se revolvía, me sentía como “explotada” por mis propios hijos, sobre todo por el mayor. Era muy penoso y más de una vez acabé obligándole a que parase pese a sus quejas.
Busqué ayuda, no quería destetarle pero no podíamos seguir así. Descubrí que todo lo que me estaba pasando era normal y que no existían recetas mágicas para seguir adelante. Entonces comprendí que ya nunca volvería a ser como antes. Hasta ahora yo me había dejado llevar, habían sido ellos lo que habían estado decidiendo cuando y donde pero ya no era posible. Había que empezar a poner reglas y así fue.
Y aquí seguimos, el mayor ha aprendido que la teta es para casa y que por las noches tiene que descansar para volver a tener leche al día siguiente, que a veces hay que esperar a que la hermana se duerma, o que solo contamos hasta 10 y ya…….
A mí me hubiera gustado que todo pudiera seguir siendo como antes pero imagino que obviamente no podemos ir contra NATURA.


Seguimos esperando más relatos y más comentarios... ánimo para todos, seguro que conseguimos que alguna mamá supere las dificultades y siga sus propios instintos.
Besos y Brazos.

miércoles, 5 de octubre de 2011

3er Relato: Lactancia y Trabajo

Aarón, la teta y yo. Historia de una mamá trabajadora.

Nuestra historia comenzó hace 19 meses…todo fluyó de una manera tan natural, Aarón se enganchó tan rápido a mi pecho tras nacer, que desde el principio la lactancia para nosotros ha sido una experiencia de la que ambos estamos disfrutando mucho.

Cuando yo estaba todavía embarazada, la gente me preguntaba: ¿vas a darle el pecho al niño?
- Claro - ¿por qué no?, pensaba yo siempre que me hacían esa pregunta.

Todavía no conocía el concepto de crianza con apego, ni las asociaciones y grupos de apoyo a la lactancia, ¡ni a Carlos González!, pero pensaba, supongo que por instinto o como quiera llamarse, que eso sería lo natural, que no tendría por qué haber ningún impedimento para que lo hiciese.

Afortunadamente, así fué. Aarón nació en un parto respetado estupendo e inmediatamente después le tenía mamando sobre mi pecho. Y digo afortunadamente, porque a raíz de entrar a formar parte de Besos y Brazos he conocido a otras mamás que no han tenido tanta suerte como nosotros y han sufrido mastitis, grietas y otros problemas que han hecho de la lactancia algo no tan sencillo como yo lo veía. Algunas consiguieron felizmente la relactancia, pero otras finalmente abandonaron, casi siempre por falta de apoyo e información.

También tuve que hacer oídos sordos muchas veces a los típicos comentarios y consejos de madres, suegras y vecinas varias, del tipo: “un biberón no le vendría mal, seguro que tiene hambre”, o “¿sólo pecho? ¿no le das nada más? A ver si no se está alimentando bien…”
Pero para ser justa, he de decir que en estos meses también he encontrado a otras personas que me felicitan por haber alimentado a mi hijo casi hasta los 7 meses exclusivamente con lactancia materna y por continuar a día de hoy con el pecho, y que incluso me confiesan que a ellas les hubiera gustado hacerlo pero no pudieron por tal o cual problema (casi siempre de nuevo, por falta de apoyo e información). Y por supuesto, a todas las mamás y papás que he conocido en el entorno de la asociación, y que apuestan por esta forma de criar a sus bebés.

La baja de maternidad se terminó, y a ella uní las vacaciones y tres meses de excedencia. Estuve en casa con Aarón hasta que cumplió los 9 meses. En ese momento, cuando yo tuve que reincorporarme al trabajo y él comenzar la guardería, surgieron las dudas: ¿cómo vamos a hacerlo a partir de ahora? ¿podremos continuar con la lactancia o tendremos que abandonar? Lo que sí tenía claro es que me gustaría intentarlo, así que, seguimos adelante.

Me compré un sacaleches pequeñito que me llevaba en el bolso a la oficina, y cambié mis 15 minutos del desayuno por un ratito en el baño a media mañana, cuando ya los pechos me molestaban debido a la presión de la leche. Al principio, me costó un poco cogerle el truco, pero tras unos días de práctica y gracias a los sabios consejos de otras mamás, fue mucho más fácil.
Después, cuando recogía a Aarón en la guardería, se pegaba a mí como una lapa y pasaba la tarde enganchado a la teta de mamá.
Aarón y yo dormimos juntos, así que por la noche tiene teta siempre que quiere. Y por la mañana, antes de levantarme para ir a trabajar, le daba un ratito el pecho. Además, la leche que me sacaba en la oficina, se la dejaba congelada a mi madre y todas las mañanas antes de llevarle a la guarde, ella se la daba para desayunar en un vaso.
También pedí en la guardería, que los días que Aarón tenía que ir más temprano porque la abuela no le podía llevar, no le dieran biberón ni leche de fórmula, y aunque al principio les resultó extraño, aceptaron que les llevara mi bolsita de leche ya descongelada.
Poco a poco la producción de leche se fue regulando, y cada vez necesitaba ir más tarde al baño para usar el sacaleches, hasta que un día dejó de hacerme falta. Ahora aguanto toda la mañana, no me molesta ya la presión y hace unos meses que guardé el aparato. También Aarón dejó de querer la leche en el vaso por las mañanas.


Mi experiencia con la lactancia hasta ahora está siendo absolutamente maravillosa.
Comenzó bien desde el principio y conseguí mantenerla a pesar de mi reincorporación al trabajo. Mi idea es continuar dándole el pecho a Aarón mientras sea placentero para ambos, y los dos lo disfrutemos. Me gustaría que cuando llegue el momento del destete, sea igual de natural que lo ha sido todo el proceso de esta lactancia prolongada desde el inicio.



A día de hoy, Aarón, con sus 19 meses recién cumplidos, sigue mamando a demanda por la tarde y por la noche. ¡Y los fines de semana en horario ininterrumpido!
Y yo soy la mamá más feliz del mundo cuando se acurruca en mis piernas y me dice “teta, tetita” con esa vocecilla tan dulce…

martes, 4 de octubre de 2011

Segundo Relato - Descubrir la lactancia a los 8 meses

Me llamo Mirian y tengo una hija de 5 años a la que todavía amamanto. La
gente, sobre todo la que está fuera de nuestro círculo, se cree que por llevar tanto
tiempo con la lactancia es que todo ha ido sobre ruedas. Pero no fue así: no me había
informado nada, puesto que al ser madre sola y además por sobrevenida, bastante tenía
con saber que estaba embarazada y tratar de organizar mi vida. Además yo confiaba en
el equipo médico, se supone que son los que velan por la salud, y dar el pecho es lo más
saludable.

El parto fue bien, pero tenía los pezones planos, así que salí del hospital con
pezoneras. Además tampoco tuve tranquilidad, porque mi madre y mi prima son
enfermeras y como pasaban tu tarjeta a todo el mundo tenía como a 15 personas en
la habitación todo el día. Pero aún así y todo la lactancia funcionó y estuve con las
pezoneras durante 8 meses hasta que un día se enganchó sola espontáneamente.
Cuando la niña cumplió los 6 meses y llegó el momento de introducir la alimentación
complementaria, otra vez hice caso a los consejos erróneos de la enfermera: la teta de
postre. Me bajó tanto la producción que me vino la regla.

Afortunadamente, a los 8 meses cayó en mis manos “ Bésame Mucho”, libro
que marcó un antes y un después en cuanto a la percepción de la crianza en general.
Casualmente, me salió un trabajo de verano, y cogiendo las web del libro, me puse en
contacto con La Liga de La Leche para que me explicaran cómo organizarme con la
teta. Empecé a darle el pecho primero y la comida después, aumentó mi producción de
leche y todo se normalizó. Seguí informándome mucho sobre crianza y lactancia en las
web que el libro reseñaba, lo que me resultó de gran ayuda para superar mi segundo
gran bache: el hipotiroidismo.
Me lo diagnosticaron cuando Leyre tenía 18 meses y el médico de cabecera me
dijo que con las pastillas tendría que dejar de dar el pecho…ni caso le hice ( si me
hubiera pillado con fuerzas le hubiera dicho algo, pero el hipotiroidismo da, entre
otros síntomas, mucho cansancio y mucha tristeza). Afortunadamente, mi endocrino
sí que está informada je,je. Desde que me lo diagnosticaron hasta que mis niveles de
hormonas se regularon pasaron 6 meses. Y en ese tiempo cada vez que me subían la
dosis me producía una retención de leche por sobreproducción. Y como a estas alturas
el sacaleches ya no me hacía nada, pues calorcito seco, ibuprofeno y perseguir a la niña
para que mamara…

Después de superar esto, no hemos vuelto a tener mayores problemas, hemos
pasado rachas mejores y peores, pero nunca hasta llegar a desear el destete.
Y sobre los comentarios de la gente, pues he oído de todo, desde el típico “¿ya le
toca?” de cuando era bebé, al “¿pero aún tienes leche?” “ya es muy mayor”, pasando
a los comentarios despreciativos que le hace algún maleducado directamente a la niña
(“¡marrana!”). Este último es el que peor llevo.
Pero también los hay positivos, de gente que te mira con buena cara, que te dicen “qué
bonito”, o que te cuentan que ellas dieron de mamar/mamaron hasta los X años.
Y hasta aquí mi historia con final abierto, porque me da que aún daremos teta durante
más tiempo,¡y tan a gusto!.

lunes, 3 de octubre de 2011

Primer relato de Lactancia - Relactancia exitosa

Aquí os dejamos el primer relato de la serie que publicaremos durante toda la semana.
Cursiva

El 29 de Septiembre de hace dos años, nació nuestro hijo Samuel.

Había sido un embarazo estupendo, elegimos una preparación al parto específica para tener un parto respetado y lo conseguimos, gracias a nuestro convencimiento de que se podía parir de forma natural y al de nuestra ginecóloga que también respetó nuestros tiempos, los de Samuel y las suaves contraciones que hicieron que el parto se alargara 15 horas.

Finalmente teníamos a nuestro hijo en brazos. Finalmente estábamos los tres.

Cuando se dio cuenta de que había salido del cálido vientre, una queja sonorá, la primera que salía de su garganta, se presentó en forma de llanto.

Yo lo acerqué a mi pecho izquierdo instintivamente, y sin darme cuenta, el matrón dirigió a Samuel hacia mi pezón, lo enderezó y él mamó lo suficiente para hallar consuelo.

Pensaba que eso había sido todo.

Esa primera tarde en el hospital nuestro hijo durmió mucho, y el segundo dia también, quizá sólo tomo teta 4 veces…yo no sabia cuanto era normal, ahora se que eso fue muy poco.

Comenzó a doler hacia el segundo dia de hospitalización…”uy, que rojo se está poniendo esto” pensaba yo. Pero creía que no iría a más.

El meconio lo expulsó casi un dia y medio después de nacer, claro, no tenia con qué!

El cuarto o quinto dia de vida de nuestro hijo yo ya empezaba a tener grietas.

Qué precisos era! Pero porq me duele tanto!

Venga que solo es al agarrarse, me decía yo.

Cada vez que pedía pecho, quería esconderme, pero al mismo tiempo tenia tantas ganas de verlo mamar, sentía tanto amor…

A los diez días casi no podía ni ponerme el camisón del dolor que sentía cuando me rozaba la ropa el pecho.

A los 13 dias, una mastitis apareció en escena ya que un pecho estaba bastante dañado, casi medio pezón agrietado y procuraba no darle de ese, aunque me estimulaba yo sacándome leche.

Cuando fuimos al médico de cabecera, me recetaron Amoxicilina y me dijo la doctora que lo que tenia que hacer era ponerme al niño más, Ja! Pensaba yo, por favor, no sabes lo que dices!

Una enfermera que casualmente pasaba por allí me vió la cara de pánico y me invitó a ir con ella a una sala para probar alguna postura.

No quería ni intentarlo, porq si Samuel se ponía a tomar teta y me dolía, pero ya le había despertado el apetito, no podría parar su llanto!

Pero era tan amable la enfermera, la vi tan dispuesta, que decidí intentarlo.

Probamos conmigo tumbada completamente en la camilla, hacia arriba y Samuel encima.

Vimos que aunque pasaba por encima de mi pecho, no era capaz de agarrarse, de encontrarlo verdaderamente, pero uy! Se enganchó por un momento…se había enganchado de verdad? Yo no notaba nada, tuvimos que sacarle el pecho darnos cuenta de que si, que había algo de leche en su boquita! No podía ser! Y al poco volvió a ocurrir lo mismo :)

Salí muy contenta pero aun tenia el miedo en el cuerpo, o en el pecho, mejor dicho!!!

Esa noche, Samuel lloró desesperadamente por tener más y mejor acceso al pecho, yo ya no podía sufrir más y a los 15 dia de vida de mi hijo, su padre y yo decidimos alimentarlo con leche de fórmula.

Fue la noche más triste y desconsolante de mi vida.

Sentí que había fallado, y al mismo tiempo no paraba de preguntarme, qué había hecho mal??

El primer biberón se lo bebió con tanta ansia que lo vomitó entero a los dos minutos. Recuerdo que olía fatal. Como le iba a gustar eso? Pobrecillo, estaba muerto de hambre…

Pero el darle biberón con leche de fórmula, no hizo otra cosa que relajarme y afianzarme en la idea de volver a intentarlo, cuando se me curasen los pechos.

Cada dia me sacaba leche manualmente, porq no me funcionaron los sacaleches que probé y también encontramos un sacapezones que utilizaba algunos minutos al dia.

Durante los días siguientes, las heridas del pecho mejoraron, pero nunca encontraba el momento de comenzar la relactancia, hasta que recibí la llamada de una amiga que fundó un grupo de apoyo a la lactancia y me re-animó a intentarlo.

Es verdad! Que estaba esperando?

Me llené de valor y me encerré en la habitación con mi hijo de 25 dia, nos pusimos como me enseñó la enfermera, piel con piel y se volvió a producir el milagro, Samuel se había enganchado a uno de los pechos y parecía que mamaba!!! Así estuvo 20 minutos, después se quitó del pecho y se quedó dormido una media hora. Lloré como si fuera el dia del parto, fue increíble la sensación de poder que emanaba de mi.

Samuel despertó y le moví ligeramente hacia el otro pecho…se volvió a agarrar sin dolor!

No me lo podía creer! Habia vuelto a ocurrir!

Será verdad? Podré dar de mamar a mi hijo?

Podré alimentarlo con mi cuerpo, no solo emocionalemente , sino también físicamente???

Y vaya si lo hice, ese dia, al siguiente, un mes, un año…hasta llegar a los 23 meses.

Tiempo en el que Samuel encuentró más interesantes otras actividades que le hicieron olvidarse de tomar pecho…supongo que va creciendo su autonomía y yo me dispongo a disfrutar de esta nueva etapa, con nuestro mágico vínculo establecido.

Encuentro en la Fiesta de la Lactancia 2011 - Madrid


Ayer estuvimos en la Fiesta de la Lactancia, que organizó EntreMamás.

La asisitencia fue todo un éxito, habian multitud de familias y nos encontramos con viejos amigos.
Pasamos una mañana estupenda.

Besos y Brazos leyó algunos relatos de lactancia que las propias socias hemos escrito.

Así que con motivo de la Semana Internacional de la Lactancia Materna, hemos pensado que vamos a publicarlos cada día en nuestro blog, son historias sobre lactancia que queremos compartir con tod@s vosotr@s.
Y con ello acercarnos al lema de este año "Lactancia Materna: Una experiencia en 3D!"

Adjuntamos documentos oficiales de La Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA).

Podréis leer las diferentes experiencias (relactancia, lactancia prolongada, mamá trabajadora y lactante, tandem con gemelos,...), con las que quizás os sentiréis identificadas. Si alguna de vosotras quiere también compartir sus vivencias con nosotros, enviadnos vuestra historia a besosybrazos@gmail.com y la publicaremos en nuestro blog.