Estas somos Leyre y yo. Nuestra historia comenzó a principios del 2006, cuando me enteré de que estaba embarazada. Mis circunstancias no eran las mejores, pero aún así decidí tenerla y criarla en solitario. Dadas mis circunstancias, no ahondé mucho en temas de parto, lactancia y crianza.
Por ésta misma razón, guardo un buen recuerdo de mi parto a pesar de que fue totalmente intervenido. Me atendió una amiga de mi madre y estuve en una habitación yo sola en un hospital público.
La lactancia, más de lo mismo, tenía pezón plano y las enfermeras me aconsejaron pezoneras, yo las hice caso dada mi ignorancia, luego descubriría que el personal sanitario no tiene necesariamente especialistas en lactancia. Afortunadamente la lactancia funcionó, tanto que hoy en día sigue mamando.
Un día, cuando Leyre tenía unos 8 meses acudí a la feria del libro de mi localidad buscando algún libro sobre psicología infantil. Y casualidades de la vida cayó en mis manos “Bésame Mucho”, casualidad que dio un giro completo a mi vida, cambió mis valores y mi percepción sobre la infancia y me dio el pistoletazo de salida a seguir informándome y a aprender a utilizar mi instinto. Desde entonces no he dejado de informarme.
Me decidí a formar esta asociación a raiz de acudir a una “escuela de padres” que me dejó un poco mal sabor de boca. Entonces contacté con Alba, Ernesto, Paula y Arantxa y nos pusimos manos a la obra.
Espero que Besos y Brazos sirva para dar la información y el apoyo que yo no tuve, y que nos ayude a crecer como personas, como padres y difunda el respeto hacia la infancia.
Gracias, Besos y Brazos. Y sobre todo gracias a ti, Leyre
